Cantucci
- Fácil
- 55 min
“Las apariencias engañan” dice el dicho popular y los feos pero buenos son la demostración de ello. Justo como en los cuentos de hadas, bajo el aspecto tosco e irregular de estas galletas se esconde una bondad pura y genuina! Será por este motivo que siempre tienen gran éxito y ahora pertenecen de pleno derecho a la tradición pastelera de toda Italia, sobre todo en el periodo navideño! Preparados con una mezcla de merengue y trocitos de avellana, los feos pero buenos son dulces humildes originarios del norte de Italia, que se han difundido con pequeñas variantes pero mantienen inalterada la esencia de una receta que tiene en la sencillez el secreto de su éxito. Ya sea que ames los feos pero buenos o aún no los hayas probado, hoy es el día perfecto para empezar a prepararlos en casa: sigue nuestra receta paso a paso y disfruta del final feliz!
Para realizar los feos pero buenos, primero pica las avellanas en un procesador 1 hasta obtener trocitos no demasiado finos 2. Reservar y verter las claras en el bol de una batidora equipada con varillas 3.
Comienza a batir y añade las semillas de la vaina de vainilla 4. Cuando las claras se vuelvan claras y espumosas, añade el azúcar poco a poco 5. Continúa batiendo a velocidad media durante otros 5 minutos: debes obtener una mezcla firme y compacta, con el clásico pico 6.
Incorpora los trocitos de avellana al merengue 7, mezclando delicadamente de abajo hacia arriba con una espátula 8. Transfiere la mezcla a una olla de acero y cocina a fuego medio o medio-alto durante unos 15 minutos, removiendo continuamente con una espátula suave 9.
Cuando la mezcla se haya compactado 10, forma montoncitos en una bandeja forrada con papel de horno, ayudándote con 2 cucharas y espaciándolos entre sí 11. Cuece en horno estático precalentado a 130° durante 40-45 minutos: deben secarse sin quemarse. Una vez cocidos, sácalos del horno y deja enfriar completamente los feos pero buenos antes de disfrutarlos 12!