Tarta fría de yogur
- Fácil
- 30 min
- Kcal 429
¿Cumpleaños a la vista? Si el homenajeado es un amante del café, déjate de las típicas tartas de chocolate o de la abuela y sorpréndelo con una majestuosa tarta de café. A diferencia de su variante de agua, se trata de un dulce particularmente escenográfico realizado con una fragante masa de avellanas y una suave crema de café enriquecida con nata montada. Si la longitud de la preparación os intimida, no os preocupéis porque podéis adelantaros realizando tanto la base como el relleno el día anterior. De este modo, os quedará todo el tiempo para divertiros con las decoraciones y hacer vuestra tarta de café aún más golosa e irresistible.
Para realizar la tarta de café, lo primero es preparar la masa para la base: separa las yemas de las claras, luego monta estas últimas a punto de nieve con las varillas eléctricas 1 añadiendo el azúcar glas poco a poco 2. Reserva temporalmente las claras montadas y vierte la mantequilla ablandada y el azúcar granulada en otro bol 3.
Trabaja la mantequilla y el azúcar con las varillas durante unos minutos, luego añade una yema a la vez 4. Disuelve el café soluble en el agua y viértelo en la mezcla 5. Mezcla con las varillas, luego añade la harina 00 6.
Manteniendo las varillas en acción, añade también la levadura 7, la fécula 8 y la harina de avellanas 9.
Cuando los polvos estén bien absorbidos 10, incorpora las claras a punto de nieve: añade primero una pequeña parte para atemperar la mezcla 11, luego añade el resto mezclando delicadamente de abajo hacia arriba con una espátula 12.
Vierte la masa obtenida en un molde de 18 cm de diámetro forrado con papel de horno (o engrasado y enharinado) 13, nivela la superficie con el dorso de una cuchara y hornea en horno estático precalentado a 180° durante unos 45 minutos 14. Verifica la cocción con un palillo, luego saca del horno y deja enfriar la tarta en el molde 15.
Mientras tanto, prepara la crema de café: vierte las yemas y el azúcar en un cazo 16 y mezcla con una varilla manual o una espátula 17, luego añade también la maicena 18 y mezcla bien.
Mientras tanto, vierte la leche y el café soluble en otro cazo 19 y lleva a punto de ebullición, mezclando para disolverlo 20. Vierte la leche caliente en la mezcla de yemas, primero solo una pequeña parte y luego todo el resto 21.
Vuelve a poner el cazo al fuego y deja espesar continuando a mezclar 22. Cuando la crema esté lista, pásala a un bol 23, cubre con film de contacto 24 y deja enfriar en el frigorífico hasta el momento de usarla 24.
En este punto, pon las hojas de gelatina a remojo en agua fría 25. Mientras tanto, vierte casi toda la nata en un bol y móntala con las varillas eléctricas: debe resultar brillante, pero no demasiado firme 26. Calienta el resto de la nata en un cazo: una vez alcanzado el punto de ebullición, apaga el fuego y añade las hojas de gelatina bien escurridas 27. Mezcla para disolverlas de manera homogénea.
Recupera la crema ya fría y reactívala con una varilla, luego incorpora delicadamente la nata montada 28, mezclando de abajo hacia arriba con una espátula. Por último, vierte la mezcla de nata y gelatina en la crema y mezcla bien para obtener una consistencia suave y lisa 29. Coloca la crema en el frigorífico mientras cortas la base de la tarta: primero retira la cúpula con un cuchillo largo y dentado, luego divídela horizontalmente en 2 partes 30.
Coloca la base en un plato de servir y rellena con la mitad de la crema usando una manga pastelera con boquilla lisa de 1 cm 31, luego cubre con el segundo disco de tarta 32 y alisa los bordes con una espátula 33.
Rellena la superficie con la crema restante usando esta vez una manga pastelera con boquilla de Saint Honoré 34. Finalmente, adorna con los granos de café 35. Coloca la tarta de café en el frigorífico durante un par de horas antes de servirla 36.