Cómo limpiar las alcachofas

Para limpiar las alcachofas, primero frótate las manos con limón para evitar que se oscurezcan, luego exprime el jugo en un bol con agua donde enjuagarás las alcachofas después de limpiarlas. En el caso de las alcachofas con espinas, puedes usar guantes si lo prefieres. Primero, quita las hojas externas más duras hasta llegar al corazón más claro y tierno 1, luego elimina las puntas con un corte limpio 2. Acorta el tallo hasta 3-4 cm de la base de la alcachofa 3.

Pela el tallo con un cuchillo pequeño o un pelador de patatas para eliminar la capa exterior más fibrosa 4, luego redondea la base. Si no tienes intención de usarlas enteras, divide la alcachofa por la mitad a lo largo y elimina la pelusa con un sacabolas 5; verifica también que no haya más puntas que eliminar. Sumerge las alcachofas en el agua acidulada 6, luego puedes cortarlas en cuartos o en rodajas o proceder con la receta.

Para limpiar las mamolas, recuerda siempre frotarte las manos con limón primero y acidular el agua con su jugo. Comienza quitando las hojas externas en la base de la alcachofa 7, luego acorta el tallo 8. Si deseas hacer alcachofas rellenas, puedes eliminar completamente el tallo y reservarlo para otras preparaciones después de pelarlo. Redondea la base con un cuchillo pequeño para quitar la unión de las hojas y cualquier residuo del tallo 9.

En caso de que hayas dejado el tallo, pela la capa exterior 10. Para eliminar la parte superior de las hojas, haz un corte en espiral inclinando el cuchillo y comenzando desde la mitad de la alcachofa 11: debes obtener la forma de un capullo 12.

Si tienes intención de usar las alcachofas enteras, abre las hojas con cuidado para crear espacio para el relleno 13, luego elimina la pelusa con un sacabolas 14. Sumerge las mamolas en el agua acidulada para enjuagar los residuos 15, luego puedes cortarlas o proceder con la receta.