Crujiente de almendras
- Fácil
- 20 min
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El caramelo es un elemento importante para la preparación y la decoración de muchos dulces. Es la base del croccante y es imprescindible en los postres de cuchara como el creme caramel o el leche a la portuguesa! ¿Cómo se prepara el caramelo en casa? Te revelamos todos los secretos para obtener un caramelo perfecto, con dos técnicas. El caramelo seco, usando solo azúcar y un cazo, adecuado para aquellos que tienen un poco de experiencia en la cocina; el caramelo con agua, mucho más sencillo, ¡apto para todos! En ambos casos obtendrás un caramelo fluido, perfecto para muchas decoraciones y que se solidifica en cuanto se enfría, por lo que tendrás que trabajarlo cuando aún esté muy caliente... prestando mucha atención. Para hacer el caramelo, el azúcar alcanza altas temperaturas, te mostraremos cuándo detenerte para obtener un caramelo rubio y un caramelo marrón.
Aquí tienes algunas recetas con caramelo para probar:
Para preparar el caramelo seco, utiliza un cazo de acero con fondo doble. Vierte dentro 1-2 cucharadas de azúcar de la dosis total 1 y cocina a fuego muy bajo 2, hasta que el azúcar comience a fundirse 3. Es importante no mezclar nunca el caramelo, ya que podría cristalizarse.
Agrega 1-2 cucharadas más de azúcar 4 y espera hasta que también se caramelice. Continúa de esta manera agregando un poco más de azúcar 5 y dejándolo fundir 6 antes de añadir más.
Usa un termómetro y sigue cocinando el caramelo 7 hasta obtener el grado de color deseado. Para un caramelo rubio deberás llegar a los 160° 8, mientras que para un caramelo marrón a los 180° 9. Te recomendamos no superar esta temperatura, de lo contrario el caramelo se quemará, pero puedes detenerte en el momento que prefieras entre las dos temperaturas indicadas anteriormente.
Para preparar el caramelo con agua, vierte en un cazo de acero con fondo doble el azúcar 10 y el agua 11. Calienta el jarabe a fuego lento 12.
En cuanto el azúcar se haya disuelto completamente y comiencen a formarse pequeñas burbujas 13, el caramelo empezará a colorearse. También en este caso, puedes usar el termómetro de cocina para medir la temperatura del caramelo. A 160° obtendrás un caramelo rubio 14, a 180° un caramelo marrón 15. Recuerda siempre no superar esta temperatura para no quemarlo.
Independientemente de la técnica que elijas, te recomendamos usar el caramelo recién hecho.
Puedes verterlo directamente en los moldes si tu objetivo es preparar un postre de cuchara, como el creme caramel. No esperes demasiado, de lo contrario el caramelo continuará cocinándose con el calor del cazo y luego, al enfriarse, se solidificará dentro.
De lo contrario, puedes usar el caramelo para hacer una lámina: en este caso, una vez listo, viértelo sobre una estera de silicona o papel de horno 16. No toques el caramelo porque estará muy caliente y no será necesario extenderlo, se difundirá uniformemente por sí solo 17. Solo tendrás que esperar a que se solidifique a temperatura ambiente 18 antes de despegarlo. Una vez endurecido, puedes romperlo y usarlo para tus decoraciones o triturarlo en una batidora y añadirlo a una crema, por ejemplo!
De la misma manera, siempre sobre una estera de silicona o papel de horno, puedes hacer decoraciones vertiendo el caramelo con una cuchara y creando remolinos o dibujos, o usar el caramelo para hacer hilos.
Puedes usar el caramelo también para hacer avellanas caramelizadas. Utilizando unas pinzas, sumerge las avellanas una a una en el caramelo y colócalas siempre sobre una estera de silicona o papel de horno para que se solidifiquen. De la misma manera, puedes hacer otras variedades de frutas caramelizadas, frescas o secas.
Puedes usar el caramelo para decorar profiteroles: solo tendrás que darles la vuelta e introducir la punta dentro del caramelo, siempre teniendo mucho cuidado de no quemarte.