Polenta

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PRESENTACIÓN

Un italiano en el extranjero sentirá nostalgia de la pasta y del café; un lombardo de la polenta. Pocos platos tienen un valor tan fuerte de identidad y afecto, y no solo para las regiones del norte, sino para la gente de montaña de toda Italia, a quienes la polenta, pobre pero buena y sustanciosa, ha alimentado durante siglos con gran dignidad. La polenta entendida como harina de legumbres o cereales cocida en agua tiene orígenes muy antiguos, pero se convirtió en lo que conocemos ahora solo después del descubrimiento de América, porque el maíz que le da su color amarillo sol llegó precisamente del nuevo continente. A partir de ese momento, la polenta se convirtió en el alimento básico, especialmente para las clases populares, dando origen a la “civilización de la polenta”. De este plato tradicional existen muchas variedades: desde la taragna, de maíz y trigo sarraceno, hasta la veneciana realizada con polenta blanca. En el pasado, la polenta se cocinaba en un caldero de cobre suspendido sobre la chimenea. Aquí, sin embargo, te proponemos una versión más moderna que te permitirá obtener una excelente polenta para acompañar con jugosos guisos de carne, brasato, cassoeula, sabrosos champiñones trifolati o cremosos quesos para crear platos robustos y apetitosos!

Descubre estos platos a base de polenta:

  • Polenta con salchicha y queso
  • Timbal de polenta y cotechino 
  • Medallones de polenta
  • Polenta y frijoles

 

INGREDIENTES
Harina de maíz 500 g
Agua 2 l
Aceite de oliva virgen extra 15 g
Sal gruesa 1 cuchara

Preparación

Para realizar la polenta, pon una olla de acero con fondo grueso en el fuego, vierte los 2 litros de agua 1, cuando el agua esté a punto de hervir, añade la sal 2, luego vierte la harina en forma de lluvia, mezclando con una cuchara de madera 3 (o con el palo especial de avellano llamado tarello) mantén la cocción a temperatura alta, mezclando rápidamente.

Añade también el aceite de oliva que servirá para evitar la formación de grumos 4, sigue mezclando 5 esperando a que vuelva a hervir, luego baja el fuego al mínimo y continúa la cocción durante 50 minutos a fuego lento, mezclando continuamente, teniendo cuidado de no dejar que se pegue al fondo. Transcurridos los 50 minutos, la polenta está lista; sube el fuego para que se despegue bien de la olla 6, espera a ver que se despegue bien del fondo.

Ahora gira con cuidado la cacerola sobre una tabla redonda un poco más grande que el diámetro de la cacerola para desmoldar la polenta (7-8). ¡Tu polenta está lista para llevar a la mesa 9!

Conservación

La polenta se puede conservar en el frigorífico en un recipiente hermético durante un máximo de 3-4 días. Se puede luego cortar en rodajas para pasarla por la parrilla caliente y hacerla compacta y crujiente, por ejemplo, para preparar sabrosos crotones de polenta. O también se le puede añadir queso y mozzarella y pasarla al horno para hacer un gateau alternativo!

Consejo

La verdadera polenta requiere un mínimo de instrumentación adecuada, además de ingredientes genuinos: el caldero (que la tradición dice que debe ser de cobre) y la cuchara (el típico cucharón). No puede faltar el hilo de algodón que usarás para cortarla, manteniéndolo fuerte entre los dedos, realizando así un corte neto, preciso y limpio.

Acompaña la polenta con lo que más te guste, carnes, verduras, pescado, lo importante es que haya abundante salsa cremosa en la que mojar tu polenta. ¡Sentirás qué maravilla!

Con la polenta sobrante, realiza sabrosos palitos de polenta frita!

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.