Parigina

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PRESENTACIÓN

¡Una base suave, un relleno rico y fundente y una superficie súper crujiente! Aquí al menos tres adjetivos indispensables para explicar qué es una parigina. Pero vayamos por orden. ¿Qué es? Se trata de una pizza rústica, la clásica masa que se utiliza para hacer la margherita en fin. Pero es una pizza rellena, o embutida como se diría en Nápoles, por lo tanto hay un condimento que está bastante definido: tomate, queso y jamón cocido. Finalmente hay una capa de hojaldre. Aunque esta adición pueda parecer extraña, es precisamente la presencia del hojaldre lo que motiva su amplia difusión. De hecho, la pizza parigina es un producto que difícilmente encontrarás en una pizzería por la noche. Es mucho más fácil encontrarla durante el día en las rotiserías y en los bares, para disfrutarla como tentempié a media mañana o bien tarde por la noche. La pizza parigina tiene la capacidad de conquistar a todos con su sencillez y su sabor, uno de los street food más apreciados por los amigos napolitanos y que ahora te explicamos cómo hacer en casa. ¡Enciende el horno, empezamos!

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INGREDIENTES

Para la masa (para una bandeja de 32x40cm)
Harina 0 500 g
Agua 310 g - a temperatura ambiente
Aceite de oliva virgen extra 25 g
Sal fina 10 g
Levadura fresca de cerveza 6 g
Azúcar 5 g
Para el relleno
Tomates pelados 800 g
Queso caciocavallo 300 g
Jamón cocido 150 g - en rodajas
Para cubrir
Hojaldre 230 g - (1 rollo rectangular)
Nata fresca líquida 2 cucharas
Yemas 1
para engrasar la bandeja
Aceite de oliva virgen extra cantidad suficiente

Preparación

Para preparar la pizza parigina comienza con la masa de la pizza: en una jarra vierte el agua a temperatura ambiente y disuelve la levadura 1 ayudándote con un tenedor 2. En un bol vierte la harina y el azúcar 3.

Mezcla con la mano, luego añade poco a poco el agua con la levadura 4. Amasa a mano incorporando la harina poco a poco 5 hasta que tome consistencia 6.

En cuanto la masa tome consistencia, vierte el aceite, siempre poco a poco 7. Cuando hayas vertido la mitad, añade la sal 8 y, después de haberla incorporado, añade la parte restante del aceite. Vuelve a amasar hasta obtener una masa homogénea 9.

Ahora transfiere la masa a la superficie de trabajo y sigue amasando durante otros 10-15 minutos 10. Forma una bola lisa y homogénea; si resulta demasiado blanda, puedes añadir un poco de harina. Luego pon la masa en un recipiente grande 11, cubre con film transparente y deja reposar a una temperatura de 26°-28° durante unas 3 horas 12.

Mientras tanto, pon los tomates pelados en un colador y déjalos reposar unos minutos para escurrir el exceso de líquido 13. Elimina la piel del caciocavallo y córtalo en rodajas finas 14. Una vez escurridos, los tomates deberían pesar unos 520 g 15.

Aplástalos con un tenedor o con las manos 16. Una vez que la masa haya leudado, debería haber triplicado su volumen: elimina el film transparente 17 y vuelca la masa en una bandeja de horno de 32x40 cm que habrás untado previamente. Extiende la masa con la punta de los dedos, pero no te preocupes si la masa tiende a encogerse, es normal: insiste sin perforar o rasgar la masa 18.

Cubre nuevamente la masa con el film transparente y deja reposar durante unos 20 minutos 19. Pasado este tiempo, distribuye el tomate por toda la superficie dejando descubiertos solo un par de cm a lo largo de los bordes 20. Luego cubre con las lonchas de jamón cocido 21.

Coloca también las rodajas de caciocavallo 22, tratando de cubrir la superficie de manera uniforme 23. Finalmente, estira el hojaldre con un rodillo intentando obtener un rectángulo lo suficientemente grande como para cubrir la pizza 24.

Voltea el hojaldre sobre la pizza ayudándote con su papel de horno, iguala los bordes y perfora con un tenedor 25. En un bol mezcla la yema y la nata 26, luego pinta la superficie con la mezcla obtenida 27.

Hornea en horno estático precalentado a 200° durante unos 30-35 minutos 28. Pasado el tiempo de cocción 29, saca del horno y deja templar durante 5 minutos, después podrás retirar la pizza parigina de la bandeja y cortarla en 12 piezas con un cuchillo de sierra 30.

Conservación

La parigina se puede conservar un par de días en el frigorífico dentro de un recipiente hermético; lo ideal sería consumirla recién hecha.

Si prefieres, y si has utilizado todos los ingredientes frescos, puedes congelarla: la mejor manera es cocerla la mitad del tiempo indicado, dejarla enfriar, congelarla y luego terminar la cocción horneando la parigina aún congelada.

Consejo

Puedes elegir si seguir el procedimiento indicado en el vídeo, el llamado método napolitano, o el descrito en la receta.

Escurre bien los tomates, evitará que su agua impregne la base de tu pizza parigina.

En lugar de jamón cocido, usa los embutidos que prefieras: salami napolitano o spianata calabresa. Lo mismo para el queso: mozzarella escurrida o provola ahumada en lugar de caciocavallo. De lo contrario, opta por la variante más popular, la con salchichas y friarielli.

Curiosidad

Los orígenes de la parigina no son seguros, pero hay dos historias que le atribuyen la paternidad. La primera asegura que nació en los años 70 en una rotisería de Afragola, en la provincia de Nápoles, como un rústico. La otra nos lleva a los tiempos del Reino de las Dos Sicilias cuando los súbditos para invocar a la soberana francesa, consorte del rey, exclamaron "pe' 'a reggina" que leído en napolitano suena precisamente "pa'rigin".

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.