Pizza sin amasado
- Fácil
- 60 min
- Kcal 643.2
Esponjosa con la corteza o cornicione (como lo llaman en Nápoles) hinchado. Baja y crujiente, alta y suave: la pizza tiene muchas caras, hoy os mostramos la más clásica, común y perfecta para hacer en casa en pocas horas. La masa para pizza que os proponemos, de hecho, sube durante unas 6 horas: podréis organizaros para prepararla en el día y disfrutarla por la noche con los ingredientes que más os gusten. Una receta básica simple para una pizza casera que se prepara con pocos ingredientes y luego se adorna como mejor se crea, tal vez dándole una forma inusual, como nuestra esponjosa rosca de pizza. ¿Estáis listos para poner las manos en la masa? ¡Hoy descubrimos todos los secretos para preparar la masa para pizza, perfecta también para preparar una deliciosa pizza rústica!
Si sois amantes de la pizza, probad estas recetas:
Para preparar la masa para la pizza, hemos decidido amasarlo todo a mano, pero si preferís utilizar la amasadora, podréis seguir el mismo procedimiento, usando el gancho a velocidad media baja. Primero, verted las dos harinas en un bol 1, desmenuzad la levadura dentro 2 y verted un poco de la cantidad de agua 3. La temperatura ideal del agua es de 25°.
Mezclad con una cuchara de madera 4 y agregad el agua lentamente 5. Continuad siempre mezclando y cuando hayáis añadido aproximadamente la mitad del agua, podréis añadir también la sal 6.
Luego unid el agua restante, siempre lentamente, hasta obtener una masa homogénea; ayudáos con las manos para trabajarla mejor 7. Finalmente, transferid la masa a la superficie de trabajo y trabajadla con las manos 8 hasta que esté lisa y homogénea 9.
Una vez obtenida una masa lisa, dejadla reposar en la superficie de trabajo durante unos diez minutos cubriéndola con el bol 10. Una vez reposada, dadle un pequeño doblez: imaginad que la esfera está dividida en 4 partes, tomad el extremo de cada una, estiradlo suavemente y dobladlo hacia el centro 11. Luego dadle un doblez a la masa 12.
Dadle la vuelta sobre sí misma 13, formad una esfera 14. Transferid la masa formada así en un bol, cubridla con film transparente 15 y dejad que suba. Para mayor comodidad, podéis poner el bol en el horno apagado pero con la luz encendida, así el interior alcanzará una temperatura de 26-28°, ideal para la fermentación; alternativamente, también podéis dejar el bol en un lugar cálido. Los tiempos son aproximados porque cada masa, la temperatura y las condiciones meteorológicas influyen en la fermentación: en promedio, la masa debería tardar 6 horas en duplicar su volumen.
Pasado el tiempo de fermentación, la masa estará hinchada 16, así que transferidla a la superficie de trabajo y divididla con una rasqueta en 3 piezas de 265 g 17. Si es necesario, podéis enharinar ligeramente la superficie de trabajo. Ahora tomad cada porción y como antes, levantad un extremo de la masa 18 y llevadlo hacia el interior.
Repetid lo mismo para los otros 3 extremos de la masa 19. Luego alargad la masa doblándola sobre sí misma 20 y proceded con la técnica de boleo: bolear la masa significa hacerla girar con las manos sobre la superficie de trabajo llevándola hacia vosotros y luego alejándola repetidamente hasta obtener una esfera lisa y regular 21.
Transferid los bollos a una caja para pizza previamente engrasada 22, cubrid con la tapa 23 y dejadlos reposar otros 30 minutos 24, antes de estirar la masa para la pizza y condimentarla a vuestro gusto!