Pasta al horno
- Fácil
- 1 h 50 min
- Kcal 710
¡Amantes de las albóndigas, corred hacia nosotros! Si no podéis resistiros a estos dorados aperitivos finger food, y aún menos a aquellos que guardan un voluptuoso corazón fundente, hemos preparado para vosotros otra variante deliciosísima para comer de un solo bocado... ¡albóndigas de calabaza! La calabaza, hortaliza símbolo de Halloween y del otoño, se transforma en un suave puré que moldearéis con vuestras manos para dar forma a deliciosas pepitas para freír o cocinar al horno. Servidlas junto a las albóndigas de garbanzos o a las de coliflor y cúrcuma, para organizar un aperitivo de Halloween ¡tremendamente bueno!
Para preparar las albóndigas de calabaza, primero ocupáos de la calabaza (nosotros hemos usado la variedad violina, pero también valen otras variedades como la delica): divididla por la mitad 1 y quitadle la piel, luego cortadla en rodajas de medio cm de grosor 2. Debéis obtener 500 g de pulpa de calabaza. Colocad las rodajas de calabaza en una bandeja forrada con papel de horno, sazonad con un chorrito de aceite 3 y una pizca de sal y hornead en horno estático precalentado a 200° durante 30 minutos.
Mientras tanto, picad finamente las hojas de salvia 4 y cortad en cubitos la scamorza ahumada 5. Cuando la calabaza esté cocida 6, sacadla del horno y transferidla a un bol.
Machacad la calabaza con un tenedor 7, luego añadid el pan rallado 8 y el Parmesano rallado 9.
Añadid también el huevo 10 y la salvia picada 11. Amasad la mezcla con las manos para mezclar bien todos los ingredientes, luego añadid pimienta al gusto 12.
Con la mezcla obtenida formad bolitas de unos 40 g cada una, insertando en el centro unos cubitos de scamorza ahumada 13. Cerrad la albóndiga de manera que el queso quede sellado dentro y formadla con las manos para darle una forma redonda 14. Proceded de la misma manera con todas las demás, obtendréis unas 16 con estas cantidades. En este punto, llevad el aceite para freír a una temperatura de 170° (es preferible medirlo con un termómetro de cocina) y pasad cada albóndiga por el pan rallado 15.
Sumergidlas en el aceite a temperatura durante un par de minutos, para que el queso del interior se derrita 16. Recordad freír pocas albóndigas a la vez para evitar que la temperatura del aceite baje demasiado. Cuando estén bien doradas, escurridlas en un papel absorbente para eliminar el exceso de aceite 17. ¡Vuestras albóndigas de calabaza están listas para ser servidas aún calientes y fundentes 18!