Risotto de calabaza y gorgonzola
- Fácil
- 1 h 10 min
- Kcal 621
Un acompañamiento sencillo pero impactante, capaz de realzar el sabor del plato que acompaña: ¡cebolletas agridulces! Un gran clásico de nuestra tradición, ideal para servir tibio o a temperatura ambiente, quizás como aperitivo junto a quesos más o menos curados. La nota picante del vinagre se suaviza con la dulzura del azúcar, mientras que la adición de mantequilla hace la salsa especialmente suave y sedosa. El resultado es un plato de sabor deliciosamente equilibrado, que se vuelve aún más sabroso si se disfruta al día siguiente. ¿Pensáis que las cebollas no son lo suficientemente "románticas" para llevar a la mesa? Entonces sabed que Pablo Neruda dedicó incluso un poema a esta hortaliza, en el cual la define como "destinada a brillar"... ¡también en vuestros platos!
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Para preparar las cebolletas agridulces, vierte en un cazo el azúcar moreno 1 y el agua 2. Disuelve el azúcar a fuego lento, removiendo con una cuchara de madera, luego añade la mantequilla 3.
Cuando la mantequilla se haya derretido, añade las cebolletas que previamente habrás lavado 4, sazona con sal 5 y pimienta. Cocina durante un par de minutos a fuego medio, removiendo frecuentemente para que se cubran uniformemente con la salsa 6.
En este punto, añade el vinagre 7. Deja que se evapore el fuerte olor del vinagre sin que se seque el líquido 8, luego añade el tomillo 9.
Cubre con la tapa y cocina a fuego medio-bajo durante 30 minutos, removiendo ocasionalmente 10; si se secan o se colorean demasiado, puedes añadir un poco de agua. Pasado este tiempo, verifica que las cebolletas estén tiernas 11; si deseas una consistencia más mantequillosa, puedes continuar la cocción durante otros 10 minutos. Para espesar aún más la salsa, puedes añadir una nuez de mantequilla fría al final de la cocción. ¡Tus cebolletas agridulces están listas 12!