Buñuelos de calabacín

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PRESENTACIÓN

Cuando se habla de buñuelos, ¡no hay dietas que valgan! Son buenos incluso al horno, pero los clásicos fritos crujientes son otra cosa. Como los crocantísimos buñuelos de calabacín que se sirven calientes recién hechos: ¡una delicia para todos los sentidos! Estos bocados sabrosos y crujientes por fuera y tiernos por dentro, os inspirarán a primera vista y os conquistarán al primer mordisco. Los buñuelos de calabacín son perfectos para abrir el apetito como entrante o para enriquecer un buffet, tal vez junto con deliciosos calabacines en tempura, ¡que contribuirán a acabar definitivamente con vuestro remordimiento! Como decíamos al principio, los buñuelos o se odian o se aman… en este caso, ¡estamos seguros de que los amaréis!

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  • Nubes de calabacín y pecorino
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INGREDIENTES

Ingredientes para unos 26 buñuelos
Calabacines 400 g
Parmesano Reggiano DOP 50 g - para rallar
Harina 00 250 g -
Levadura seca de cerveza 2 g
Agua 225 g - a temperatura ambiente
Sal fina 10 g
Para freír
Aceite de cacahuete cantidad suficiente
Para condimentar
Sal fina cantidad suficiente -

Preparación

Para preparar los buñuelos de calabacín, primero lava y seca bien los calabacines, luego quita los extremos 1 y rállalos usando un rallador de agujeros grandes 2. Coloca los calabacines rallados en un colador y déjalos escurrir durante unos 30 minutos 3, para que pierdan su agua de vegetación. También puedes presionar con una cuchara si es necesario o exprimir bien los calabacines en un paño de cocina para eliminar más líquido.

En un bol grande, mezcla la harina tamizada con la levadura seca 4 y empieza a mezclar con una cuchara de madera, luego vierte el agua poco a poco mientras mezclas enérgicamente 5 para evitar la formación de grumos. Añade la sal al gusto: nosotros recomendamos 10 g, pero ajústate según tu gusto y hábitos 6.

Añade también el queso rallado 7, continuando a mezclar enérgicamente; en este punto la masa tendrá una consistencia bastante densa 8. Finalmente, añade los calabacines rallados bien escurridos 9

y mezcla hasta que la masa esté bien amalgamada 10, luego cubre el bol con film transparente y deja reposar durante 3 horas a una temperatura de aproximadamente 26-27 °C, por ejemplo, en el horno apagado con la luz encendida. Después de 3 horas, la masa habrá fermentado y tendrá burbujas 11. En este punto, calienta el aceite de semillas en un cazo y cuando alcance una temperatura de 170 °C (medida con un termómetro de cocina), sumerge una cucharada de masa en el aceite caliente, ayudándote con otra cuchara para dejarla deslizar 12.

Fríe pocos buñuelos a la vez, para evitar que baje la temperatura del aceite. Fríe durante 3-4 minutos, dando la vuelta a los buñuelos con una espumadera para una cocción uniforme 13: con esta cantidad de masa obtendrás unos 26 buñuelos. Cuando estén bien dorados, escurre los buñuelos con una espumadera 14 y colócalos sobre papel absorbente de cocina, para eliminar el exceso de aceite 15. Sécalos para eliminar el exceso de aceite. Ajusta de sal y sirve tus buñuelos de calabacín aún calientes.

Conservación

Es preferible consumir los buñuelos de calabacín recién fritos. No se recomienda la congelación.

Consejo

Si lo deseas, puedes aromatizar tus buñuelos de calabacín añadiendo al masa hojas de tomillo, menta o ralladura de limón.

Además, puedes acompañar los buñuelos de calabacín con una sabrosa mayonesa clásica o sin huevo, ¡para crear un entrante delicioso y colorido!

Prueba también estas deliciosas variantes: buñuelos de calabaza, buñuelos de cebolla de Tropea, buñuelos de patata y speck o zeppolinas saladas con salami y queso!

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.