Risotto de calabaza y gorgonzola

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PRESENTACIÓN

La calabaza, con su dulce color naranja, es uno de los placeres más esperados del otoño: protagonista versátil de recetas dulces y saladas, nos acompaña en los meses fríos, coloreando los platos y calentando los corazones. Y si el risotto de calabaza es uno de los clásicos más amados de la cocina italiana, el risotto de calabaza y gorgonzola que os presentamos hoy promete entrar por derecho en la tradición! La cremosidad salada, rica y fundente del gorgonzola, un queso perfecto para los risottos, envuelve la calabaza en un abrazo irresistible. El resto lo hace el arroz, tostado, rociado, manteca al arte para convertirse en un risotto como manda la tradición. Un primer plato cremoso y sabroso, apto para cenas familiares y ocasiones especiales, que conquistará a todos en el primer bocado colmando el paladar de sabores: es esta la magia del otoño... y de la buena comida! Si te gusta esta combinación, prueba también la receta de la pasta de calabaza y gorgonzola y su variante espaguetis cremosos de calabaza y gorgonzola.

INGREDIENTES

Arroz Carnaroli 320 g
Calabaza Delica 600 g - (ya limpia)
Gorgonzola 170 g - (fría de la nevera)
Cebollas doradas 100 g
Mantequilla 30 g - fría de la nevera
Vino blanco 50 g
Aceite de oliva virgen extra 20 g
Romero 1 ramita
Sal fina cantidad suficiente
Pimienta negra cantidad suficiente
Para aproximadamente 2 litros de caldo de verduras
Agua 2 ½ l
Apio 130 g
Cebollas doradas 130 g
Zanahorias 100 g
Perejil 20 g
Sal fina cantidad suficiente

Preparación

Para cocinar el risotto de calabaza y gorgonzola, comienza preparando el caldo vegetal con el que cocinarás el arroz; lava, limpia y corta las verduras en trozos. Ponlas en una olla junto con el agua, el perejil y la sal 1. Cubre con una tapa y cocina durante aproximadamente 1 hora desde el primer hervor. Cuando el caldo esté listo, cuélalo a través de un colador 2 y mantenlo caliente 3.

Luego, cuida de la calabaza: quítale la piel, las semillas y los filamentos internos, córtala en rodajas finas 4 y luego en dados 5. Pica finamente la cebolla 6.

Calienta el aceite en una sartén grande, añade la cebolla 7 y sofríela a fuego muy bajo durante unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando 8. Cuando esté tierna y transparente, añade la calabaza en dados 9.

Mezcla bien y rocía con el caldo caliente 10. Cocina la calabaza, removiendo a menudo y añadiendo más caldo si es necesario. Tomará unos 20 minutos 11. Mientras tanto, tuesta el arroz por separado (el ambiente húmedo creado por la calabaza en la sartén impediría una correcta impermeabilización de los granos): calienta a fuego alto una sartén amplia y vierte el arroz sin lavar 12.

Tuesta el arroz durante unos minutos, removiendo a menudo para que no se queme, luego rocía con el vino blanco 13 y remueve inmediatamente para que no se pegue. Luego, transfiérelo a la sartén con la calabaza 14 y cocina durante un par de minutos, continuando a remover 15.

Comienza a añadir el caldo, un cucharón a la vez 16, añadiendo el siguiente solo cuando el anterior se haya absorbido. Continúa de esta manera, removiendo a menudo, hasta que el arroz esté cocido según los tiempos indicados en el paquete. Hacia el final de la cocción, ajusta la pimienta y la sal 17. Apaga el fuego y manteca el risotto con la mantequilla 18.

Añade también el gorgonzola 19 y mezcla bien 20 (en esta fase puedes añadir un poco más de caldo si deseas obtener un risotto más cremoso, el llamado 'a la onda'). Para ayudar a derretir el queso, puedes cubrir la sartén con la tapa por unos instantes. Emplata y perfuma con ramitas de romero fresco 21. ¡Tu risotto de calabaza y gorgonzola está listo para ser disfrutado!

Conservación

El risotto de calabaza y gorgonzola debe consumirse recién hecho: si se recalienta pierde gran parte de su sabor. Sin embargo, puedes utilizar cualquier sobra para hacer croquetas de arroz, un original arroz a la plancha o deliciosas arancinas!

Consejo

Si deseas aumentar un poco las notas picantes del gorgonzola, puedes añadir a tu risotto una generosa molienda de guindilla seca. Y si los sabores fuertes son tu pasión, sustituye el gorgonzola por roquefort: ¡de auténticos gourmets!

Para un caldo más sabroso, después de cortar la cebolla por la mitad, puedes tostarla unos minutos en el fondo de la olla del caldo, sin agua. Luego añade el agua y las demás verduras. ¡Así se obtendrán notas un poco más oscuras tanto en color como en sabor!

Rociar el arroz con vino sirve para darle la nota ácida adecuada a la receta. Se puede omitir si la receta ya utiliza quesos con un toque de acidez, como el queso de cabra.

Para la traducción de algunos textos, se pueden haber utilizado herramientas de inteligencia artificial.